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jueves, 13 de mayo de 2010

Chale...

Chale, en un ratito que entré a blogs de otros ñeros/as me dí cuenta que uso metáforas simples y pinchis, que mis juegos de lenguaje son soeces y léperos. Que no escribo poesía lírica ni onírica. No uso métrica, retórica ni sistema decimal. Osea que escribo pa la verga. Ni pedo, ni pedo. El mundo trascendente de las letras juntas unas de otras en base a reglas, que dan un significado y sentido a las vivencias diarias y pensamientos cotidianos está muy alejado de mi ser insignificante... Hablando de humildad... jaja

Hablando de humildad o, a, e ,i , o, u falsa modestia.

Creo que no hay nadie en este mundo que se escape de tener un ego que hay que elevar y mantener a cierto nivel; como la gasolina de tu carro, cuándo ya va en empty te preocupas y tienes que ponerle más combustible, si no… pos vales verga. Así con el ego, todos tenemos un orgullo y cierto “amor propio” que tenemos que conservar y demostrar a los demás (y quién diga que no lo tiene es un ser iluminado y no merecemos compartir este mundo con él/lla). Elevar nuestro ego hasta nos hace ver menos indefensos a los constantes ataques y peligros que representan nuestros semejantes, aunque no sean tan semejantes… Total, eso de la humildad es bastante ambiguo y hasta inverosímil. A todos nos gusta ser reconocidos, ser vistos, ser deseados, incluso ser envidiados y demás cosas relativas al Ser, digo, al ser… En fin, el meollo del asunto es que hay diferentes formas de elevar el ego, y hay diferentes necesidades de elevarlo. Hay personas que tal vez precisen de tener el ego altísimo para poder sentirse seguras y poder seguir con su vida, patética o no. Y por el contrario hay otras personas que tal vez no requieran tanto tener su ego enaltecido para poder continuar con su vida, patética o no, sin pedos. Y también hay formas de elevarlo. Buenas o malas, no lo creo… diferentes entre sí, si. Habrá personas, morras o batos, que tendrán la necesidad imperante de ser vistos y deseados por los demás; que sentirán en la mirada seductora o lujuriosa que los demás dirigen hacía ellos un placer sumo, y que los harán sentirse seguros e idolatrados, por el simple hecho de no pasar desapercibidos y sentirse deseados y ser un actor perverso en la mente de los otros. Yo creo que este modo de enaltecer el ego es el más vacuo y fugaz, porqué la belleza se acaba al fin y al cabo, y siempre habrá alguien más bueno y guapo que tú, por consecuencia siempre habrá alguien que robe más las miradas y los pensamientos masturbatorios. Existen infinitud de formas para enaltecer tu ego y sentirte el non-plus-ultra en el ámbito en que te especialices. Puedes cultivarte intelectualmente, lo cuál es no tan efectivo a primera instancia, ya que tu agricultura no se muestra a simple vista, pero una vez que la muestras seduces, causas celos o envidas en tus allegados, y es una manera más original de elevar tu Yo, sobre la más común y aburrida forma que es la de la atracción física. Existen también talentos artísticos, deportivos, hasta populacheros… si conoces a mucha gente y todos “te quieren” tendrás un atributo que será causa de ser envidiado o hasta deseado, que en consecuencia elevará tu ego. En fin, miles formas y maneras de mantener tu amor propio estable y saludable, siempre y cuando no se caiga en la credulidad de que realmente eres LA VERGA. Es un simple juego de espejos y egos, las maneras de jugarlo son distintas, cómo las que mencioné ya, pero si no lo entiendes como juego y te crees realmente la quintaescencia de la raza humana, entonces tu vida se habrá vuelto una miseria y constante paranoia. Pero no iba a explayarme tanto (cosa que ya hice) en los juegos del ego, sino en la humildad. Existe una forma más de elevar el ego, que resulta la más incongruente y fastidiosa de todas. Si ya de por sí es fastidioso que cuándo estás con una morra o un bato, no deje de ver quien lo observa y con que mirada lo hacen, es más fastidioso aún estar con un ser “humilde” al que al momento de decirle: eres muy bueno escribiendo, eres muy bueno dibujando, eres muy bueno coqueteando, etc. cuándo ellos mismos lo saben, su respuesta sea una expresión de asombro y una mirada al piso: “no, no, no, ¿cómo crees? No soy nada de lo que me dices, soy un ser mediocre que no merece la vida” Híjole, ¿apoco no les caga eso? Y lo hacen para enaltecer aún más su ego, “aparte de ser una verga, me estoy viendo humilde, caray, que maravillosa persona soy” Falsa modestia e hipocresía es lo que muestran. Nada les cuesta decir: “si, últimamente he dibujado bien, he escrito mejor de lo acostumbrado” “mis dibujos tienen un poco de más técnica” “La verdad si… mi coqueteo es sutil y misterioso” Ah no, ellos lo saben, pero dicen lo contrario. Y es a esas personas a las cuales cuándo se les dice la verdad: “Oye, últimamente has escrito pa la verga” “Oye pinches dibujos culeros que te has aventado” “Oye, te ves bien urgido y promiscuo cuando tiras miradas coquetas”, reaccionan indignados por el hecho de pegarles en su ego “humilde” Chale… para mi la humildad no muestra más que egolatría y a veces inseguridades. No hay nada mejor que decir “soy bueno en lo que hago” o “no soy nada bueno en eso” que andar con la mirada baja y el ego ensalzado, creyéndose el último caguamón del desierto cuando no se es bueno en lo respectivo. La lucha de egos contra egos es tan antigua como la del bien contra el mal. La historia es testigo de ello, y la vida diaria lo es aún más. Recuerden que siempre hay que tener cierta egolatría, más no una excesiva. Y que la falsa modestia es la más peligrosa forma de tener un ego alto, es la más fastidiosa y la más fácil de derribar. Escojan bien su estrategia…