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jueves, 9 de diciembre de 2010

Ritual del ego, ascensión del espíritu.

La semana pasada llegué de Francia y me traje unos libritos de bastante buena categoría- Comienza Raúl la plática docta y etílica.

-Lástima que esos franceses sea tan esnobs y vanguardistas, del existencialismo saltaron al posmodernismo de un tris- Inquirió tímidamente José, alias el buen samaritano.

-¡Si serás pendejo! Se nota que eres un inculto y sólo lees los best sellers de Sangrons y lo que está en el mainstream. Los franceses han incursionado de manera grandilocuente en el posestructuralismo y en el pop-scribbling, aunque claro que en ese ámbito los gringos son los rifadores, osease los chingones. Oye Raúl, pásame el whiskey. Como les decía, la verdad es que los franceses han incursionado en múltiples matices de las nuevas corrientes. No te quedes en Baudrillard y Jean Piccard. ¿No has leído el nuevo libro de Fillipe DeGalle? El ojo isomórfico: los mil prismas. Te digo Pepe, eres un pendejo inculto, y eso es con un afecto fraternal. No sé ni porque te atreves a mencionar algo en nuestras disertaciones- Excitado terminó Carlos. (O “excitado término de Carlos.”)

-¡El pendejo eres tú!- José ostentaba unos ojos inquisidores y lagrimosos- No estoy diciendo que TODOS los franceses hayan pasado del existencial- ISMO al Posmo; sólo que un gran bloque de intelectuales, por no decir que todos, lo hicieron.

-Bueno, bueno, ya me dio güeva su plática cuasi jurídica. Mejor los instruyo cuando acabe mis libros y se los presto, y ya ustedes sacan sus propias pinchurrientas conclusiones. Miren que pelearse por una cuestión estéril e intrascendente, por no decir anacrónica y obsoleta. Mis Queridísimos Pendejos, la literatura en BOGA en gran parte de Euruapan, del viejo continente pues, es el post happening realistamágico. Los premios y las buenas críticas no los están ganando ni generando esos escritorcillos ni sus tornillos- Después de esa rima hasta el mismo Raúl se avergonzó- Sino los verdaderos maestros de la narrativa at momentum. La inmediatez y la disonancia con la realidad estereotipada. Los impulsos incognoscibles y metafísicos que toman forma y parte en las letras y con las letras. El claroscuro rítmico de prosa poética muy alejado de la enajenación de las masas, como ustedes (risitas de Raúl). La concatenación de ideas con sentimientos que elevan el texto a un lugar divino. No sus pendejos de siempre. Chale, me cae que si son unos incultos hippsters que nada más dicen pendejadas seudointeligentes para pasar por cultos.

-Bueno, bueno, Señor Don Chingón. Luego nos prestas tus libritos y vemos qué pedo- Arremetió con valentía Carlangas pasas las nalgas.

-Oye, y cambiando de tema, ¿por qué no fuiste a la fiesta de Efraín Ballesteros?

-Te digo que para tonto no se estudia, mucho menos para pendejo Josecito. ¿Apoco crees que iría a la fiesta de ese disque pintor? Chale, si se la mantiene haciendo cartel, el pendejo. ¡Carteeel! El lugar comunal de todos los disque artistas gráficos o pintoretes de cuarta. Ya todos hacen Cartel. Y cuando según esto se pone serio, incursiona en el cubismo. ¡Cubismo mis cúbicos güevos!

-Cómo te pones sentimental, me cae que eras rete amiguis de Efra y se han de haber peleado y por eso te pones tan trivial. Total, la fiesta aguantó mi Rulo. Fueron hasta Salvador De la Patria y Literatura y Ricardo Flores Chingón. Además de Alberto Ibargüengoitia, el ícono del Jazz iconográfico.

-Válgame, pues puro hijo de la chingada reunido, nunca creí que Doña Chingada hubiera tenido tanta prole- Terminó Raúl con un dejo burlesco; un dejo nada más.

-Cómo te pones mamón pinche Raúl. La fiesta estaba BUENA y hasta Don Salvador nos dio unos consejos en estructura literaria- Terminó José, siempre con su espíritu intempestivo y abyecto. Es muy ambivalente este cuate.

-Pues me alegro por ustedes, que vayan a pachangas tan distinguidas. Pero más me alegro por mí, que soy invitado y declino.

-Oye wey, ¿y ya viste la publicidad de Erick Delaware para Apple? Ya empezaron a verse esténcils y calcas urban art en Nueva York y están chingonsísimos- El vanguardista Carlos informó a nadie en particular.

-Nel, ¿si están chidos?

-Claro Pepedo, si Apple es el non plus ultra del hardware y el software la publicidad icónica del maestrazo Delaware está a la altura.

-No la he visto yo tampoco, y tampoco he visto el whiskey desde mi último vaso, hace ya media hora, no se hagan pendejos. Oigan, y hablando de publicidad y chupe, ¿ya vieron la plubliciad de la Indio? Pinches presuntuosos seudovanguardistas, y para acabarla de rechingar, ¡el estilo es puro pinche cartel! La publicidad que sí está chingona es la de Le Chupé, el ajenjo francés. Con esa madre se ponían bien locos los grandes como Edgar Degas, Paul Valerie, Baudelaire entre muchos otros. El comercial muestra a un cuate equis que se pone a chupar como campeón el ajenjo, y en eso empieza a ver hadas verdes y pulgas moradas, y una rosa celeste (sin albur). Total, al rato aparece Hemingway y todos los grandes ya antes mencionados que le entraron duro al Le Chupé y el cuate aparece en un cuarto victoriano con una ambientación bohemia. Enfrente de él aparece una botella de ajenjo y unas hojas amarillentas y el fondo comienza a difuminarse. Cuando el fondo ya son puras manchas aparece la frase “Le Chupé, el licor de los grandes”.

-Pinche Raúl, toma el puto whiskey, cómo te pones melindroso. Oigan ¿pero saben cuál si es la quintaesencia de la publicidad? La del Nikson, la mierda esa que cura las hemorroides- Carlos Oportuno díjole a los demás.

-Si la mierda curara las hemorroides, las hemorroides no existirían mi buen Carlitos. Pero sí, dejándola de pedo venden un producto invendible, bueno, más bien inpublicitable. Y hasta crean terror en los pobres incautos con granos en el culo, mostrándoles cómo si no consumen su producto les abren el recto con un bisturí. Eso es peor que la penetración de un negro jaja- Con su astucia habitual prosiguió Raúl- Como ahora que fui a Londres, allá artistas plásticos están volviendo al mercado, onda tipo Warhol, y están vendiendo en galerías madres como medicina para hemorroides, duchas vaginales, condones extensibles y puros productos que los conservadores a ultranza odian, aborrecen y detestan y los venden como piezas de arte, está poca madre y además...

viernes, 25 de junio de 2010

Hasta la chingada.

Y yo ya andaba hasta la chingada (hasta el culo, pues) pero su mirada y sonrisa radiantes me regresaban al suelo frío y mojado de esa noche no estrellada. Con esa mirada penetrante y a la vez cálida, cálida pero a la vez difusa y confusa, siempre me trae de vuelta a la realidad, a esa realidad que los dos negamos cuando estamos juntos. Esa mirada que me desnuda y escudriña hasta lo más ínfimo y recóndito de mi alma, o dígase de otra forma, de mi pensamiento, de mi ser, de lo que creo que oculto, pero que ella descubre con una facilidad pasmosa que a veces me asusta. ¿Cómo me puede observar tan a la perfección? No hago caso a mis sórdidos pensamientos, que no buscan más que explicaciones que no pueden ser dadas, que no existen en una realidad absurda que compartimos ella y yo. Tiempo y espacio que a veces desaparecen, y es cuando desaparecen en el momento en que precisamente se vuelven menos absurdos y más lógicos. Esos escapes, esos viajes temporales que no duran nada ni son en ningún lado. No tienen extensión alguna, son intangibles, no los podemos tocar ni guardar. La recreación es lo que los trae de vuelta, con vida, pero son igualmente intocables. Su mirada me desnuda, uff, siento frío, hace mucho frío. Desnudo bajo el agua, en esa noche sin luna; cuando no hay luna es cuando estoy más débil, pierdo mi poder ancestral que guarda cierto toque bestial, mi licantropía adorada, que me hace ver menos vulnerable de lo que en realidad soy. Pero este frío y mi desnudez provocada por su mirada son tremendos. Sigo con paso firme pero embriagado, directo a la mesa en donde ella me espera, me espera con su sonrisa y mirada radiantes. Me aguarda como con fervor, en su espera se ve cierto anhelo, no sé si un anhelo de que yo esté pronto a su lado, o un anhelo pasado, de algo arcaico que ella siempre estará esperando y yo nunca sabré qué será. Mientras más me acerco más siento los nervios y esos noséquéchingados en el estómago, pero mientras voy hacía ella el frío se vuelve ardor, su mirada es cálida, me excita, me exalta, me anima. Voy con paso tambaleante y su mirada y su sonrisa radiantes, son hipnotizantes. Cada vez estoy más cerca de ella y mis pasos parecen eternos, demasiado lentos para esta dimensión, demasiado pesados para que un cuerpo tan endeble los ejerza. Mi sonrisa se va dibujando, mis pensamientos van desapareciendo. Sólo me queda uno en la mente, sólo puedo pensar e imaginar, ver y descifrar una sola cosa. Lo Radiante. Pero bueno, ya ando hasta la chingada (hasta el culo pues.)

jueves, 13 de mayo de 2010

Chale...

Chale, en un ratito que entré a blogs de otros ñeros/as me dí cuenta que uso metáforas simples y pinchis, que mis juegos de lenguaje son soeces y léperos. Que no escribo poesía lírica ni onírica. No uso métrica, retórica ni sistema decimal. Osea que escribo pa la verga. Ni pedo, ni pedo. El mundo trascendente de las letras juntas unas de otras en base a reglas, que dan un significado y sentido a las vivencias diarias y pensamientos cotidianos está muy alejado de mi ser insignificante... Hablando de humildad... jaja

Hablando de humildad o, a, e ,i , o, u falsa modestia.

Creo que no hay nadie en este mundo que se escape de tener un ego que hay que elevar y mantener a cierto nivel; como la gasolina de tu carro, cuándo ya va en empty te preocupas y tienes que ponerle más combustible, si no… pos vales verga. Así con el ego, todos tenemos un orgullo y cierto “amor propio” que tenemos que conservar y demostrar a los demás (y quién diga que no lo tiene es un ser iluminado y no merecemos compartir este mundo con él/lla). Elevar nuestro ego hasta nos hace ver menos indefensos a los constantes ataques y peligros que representan nuestros semejantes, aunque no sean tan semejantes… Total, eso de la humildad es bastante ambiguo y hasta inverosímil. A todos nos gusta ser reconocidos, ser vistos, ser deseados, incluso ser envidiados y demás cosas relativas al Ser, digo, al ser… En fin, el meollo del asunto es que hay diferentes formas de elevar el ego, y hay diferentes necesidades de elevarlo. Hay personas que tal vez precisen de tener el ego altísimo para poder sentirse seguras y poder seguir con su vida, patética o no. Y por el contrario hay otras personas que tal vez no requieran tanto tener su ego enaltecido para poder continuar con su vida, patética o no, sin pedos. Y también hay formas de elevarlo. Buenas o malas, no lo creo… diferentes entre sí, si. Habrá personas, morras o batos, que tendrán la necesidad imperante de ser vistos y deseados por los demás; que sentirán en la mirada seductora o lujuriosa que los demás dirigen hacía ellos un placer sumo, y que los harán sentirse seguros e idolatrados, por el simple hecho de no pasar desapercibidos y sentirse deseados y ser un actor perverso en la mente de los otros. Yo creo que este modo de enaltecer el ego es el más vacuo y fugaz, porqué la belleza se acaba al fin y al cabo, y siempre habrá alguien más bueno y guapo que tú, por consecuencia siempre habrá alguien que robe más las miradas y los pensamientos masturbatorios. Existen infinitud de formas para enaltecer tu ego y sentirte el non-plus-ultra en el ámbito en que te especialices. Puedes cultivarte intelectualmente, lo cuál es no tan efectivo a primera instancia, ya que tu agricultura no se muestra a simple vista, pero una vez que la muestras seduces, causas celos o envidas en tus allegados, y es una manera más original de elevar tu Yo, sobre la más común y aburrida forma que es la de la atracción física. Existen también talentos artísticos, deportivos, hasta populacheros… si conoces a mucha gente y todos “te quieren” tendrás un atributo que será causa de ser envidiado o hasta deseado, que en consecuencia elevará tu ego. En fin, miles formas y maneras de mantener tu amor propio estable y saludable, siempre y cuando no se caiga en la credulidad de que realmente eres LA VERGA. Es un simple juego de espejos y egos, las maneras de jugarlo son distintas, cómo las que mencioné ya, pero si no lo entiendes como juego y te crees realmente la quintaescencia de la raza humana, entonces tu vida se habrá vuelto una miseria y constante paranoia. Pero no iba a explayarme tanto (cosa que ya hice) en los juegos del ego, sino en la humildad. Existe una forma más de elevar el ego, que resulta la más incongruente y fastidiosa de todas. Si ya de por sí es fastidioso que cuándo estás con una morra o un bato, no deje de ver quien lo observa y con que mirada lo hacen, es más fastidioso aún estar con un ser “humilde” al que al momento de decirle: eres muy bueno escribiendo, eres muy bueno dibujando, eres muy bueno coqueteando, etc. cuándo ellos mismos lo saben, su respuesta sea una expresión de asombro y una mirada al piso: “no, no, no, ¿cómo crees? No soy nada de lo que me dices, soy un ser mediocre que no merece la vida” Híjole, ¿apoco no les caga eso? Y lo hacen para enaltecer aún más su ego, “aparte de ser una verga, me estoy viendo humilde, caray, que maravillosa persona soy” Falsa modestia e hipocresía es lo que muestran. Nada les cuesta decir: “si, últimamente he dibujado bien, he escrito mejor de lo acostumbrado” “mis dibujos tienen un poco de más técnica” “La verdad si… mi coqueteo es sutil y misterioso” Ah no, ellos lo saben, pero dicen lo contrario. Y es a esas personas a las cuales cuándo se les dice la verdad: “Oye, últimamente has escrito pa la verga” “Oye pinches dibujos culeros que te has aventado” “Oye, te ves bien urgido y promiscuo cuando tiras miradas coquetas”, reaccionan indignados por el hecho de pegarles en su ego “humilde” Chale… para mi la humildad no muestra más que egolatría y a veces inseguridades. No hay nada mejor que decir “soy bueno en lo que hago” o “no soy nada bueno en eso” que andar con la mirada baja y el ego ensalzado, creyéndose el último caguamón del desierto cuando no se es bueno en lo respectivo. La lucha de egos contra egos es tan antigua como la del bien contra el mal. La historia es testigo de ello, y la vida diaria lo es aún más. Recuerden que siempre hay que tener cierta egolatría, más no una excesiva. Y que la falsa modestia es la más peligrosa forma de tener un ego alto, es la más fastidiosa y la más fácil de derribar. Escojan bien su estrategia…

martes, 23 de marzo de 2010

Escatología aplicada. (Mierda a la mierda en el siglo XXI)

Y ahí estaba él, regodeándose en la inmundicia más ruin y baja, más escatológica y vomitiva. Entre basura y sus jugos de un hedor indescriptible, entre larvas de mosca y sus excrementos, entre lo que desecha la sociedad y lo que no quiere volver a ver en la vida. Lo que hacen las castas “privilegiadas”, que tienen cosas que desechar y que puede simplemente olvidarlas, sin tener que volver a verlas. Él era miembro de las castas privilegiadas, sin embargo quería impregnarse y saturarse de lo más vil y asqueroso, sentirse sucio y lleno de mierda. Pero no sólo implicaba el estar inmundo físicamente, sino también muy dentro. Sentirse repugnante en el interior, sentirse sucio y horrible en su alma. Una suciedad que no sólo implicaba la física, sino la moral y la social. No quería una suciedad e inmundicia que se remunera; como la de los políticos que roban, mienten, usurpan, estafan, manipulan, pero que al fin y al cabo son respetados, temidos, idolatrados por la sociedad. No quería una suciedad banal y burda como la de las estrellas de tv y famosos, que son admirados e imitados cuando caen en las bajezas del mundo. No, él quería tener una inmundicia sin remuneraciones, una asquerosidad sin vuelta atrás y sin halagos. Una suciedad de los olvidados, de esos que se ven en la calle buscando “comida” en los desechos de las castas privilegiadas; de ésos que tienen enfermedades y duermen en las calles sufriendo por el frío y que nadie ayuda; de ésas parias de la humanidad que estarían mejor muertas, sin sufrir y sin hacer sufrir a las castas privilegiadas por la culpa que les causan. Quería estar en esa inmódica y revolcarse en ella para sentirse uno con la mierda, uno con el pus y la enfermedad. Quería sentirse lleno de excremento y jugos viciados. No porqué fuera parte de eso, sino porque quería sentir “eso”. Quería ser, por un día, de esos inmundos seres y simbiontizarse con esa basura y paria.

Clic, clic, clic… Sintió como el cerebro daba vueltas como maquinaria de un reloj. Se descubrió entre basura; comiéndola, bebiendo sus jugos, y sus compañeros eran larvas y ratas. Fue hasta entonces que se dio cuenta… Él no era de las castas privilegiadas, él no estaba ahí por gusto. No estaba ahí porque “quería sentir que se siente “eso”, como se siente estar enfermo por dentro y por fuera, lleno de mierda y meados. Él realmente era ese excremento andando que se chorrea por todos los orificios de su cuerpo. Esa masa llena de escatología que nadie quiere ver, ni oler, ni oír. Él no podía darse el lujo de ver que se sentía ser “eso” por un día. Él era “eso” desde que nació, o tal vez desde que olvido quien era.

jueves, 4 de marzo de 2010

Carlos y el Mal

Carlos no era un hombre idealista. Ni optimista ni pesimista. Pero a pesar de su indolencia a cualquiera de ambas posturas, ya estaba hastiado de ver muerte y violencia por todos lados. A donde volteará veía tránsitos de muerte y decadencia. No podía comprender como el hombre pudiera ser capaz de tantas atrocidades sin siquiera menguar en el esfuerzo por destruir al otro. Justo en ese momento presenciaba desde su aparato receptor una guerra más. Una guerra descuartizada y sádica, una guerra que ahora podía ser vista en tiempo real; a través de Internet o de televisión. Fotos y relatos aparecían en periódicos y radio. Una guerra hecha producto, producto de consumo. Un producto que se vendía por la violencia y las muertes, por la desgracia y la barbarie. Y Carlos lo que buscaba eran respuestas. Al no tener una visión pesimista, optimista, racional ni irracional, humanista o deshumanizada del mundo, lo que quería eran respuestas puras, objetivas y neutras, no precisamente racionales, sino respuestas verdaderas. El porqué la violencia y el mal se hacían presentes tan fácilmente en la vida y la existencia del hombre. Para esto se dirigió precisamente donde él creyó que encontraría respuestas. Fue con el máximo líder militar del mundo, el hombre que había dirigido las últimas guerras, los últimos genocidios, los últimos pandemonios del globo; y en todos había triunfado. El hombre que dirigía precisamente la guerra actual. Logró tener una cita con él y fue directo al grano evitando protocolos establecidos. ¿Por qué el mal y la violencia existen? ¿Y porqué usted mata personas inocentes sólo para obtener un fin dado? ¿El fin justifica los medios? ¿Y un fin tan trivial a través de medios tan significativos como vidas humanas? El comandante militar contestó ipsofacto, sin dudar ni reflexionar un segundo.

El mal y la violencia existen sólo en la mente de los hombres. No hay tal cosa como el mal y la violencia en la naturaleza. Los animales no sienten odio ni compasión. Simplemente instinto de supervivencia. Y el más fuerte es el que sobrevive. Yo lucho por mi país, por los intereses de mi patria y de mis paisanos. Los demás países también luchan por sus intereses y su país. Sólo que nosotros tenemos más armamento y más capacidades tácticas. Por eso es que ganamos. Pero si ellos tuvieran la misma capacidad bélica y política que nosotros, es seguro que también aniquilarían a mi pueblo, por el que yo lucho sin descanso ni tregua. El mal es una invención humana y la violencia un simple acto natural de supervivencia. El mal como tal no existe, sólo existe el instinto de dominación y de prosperidad. Y todos queremos eso, pero en un planeta que tiene recursos limitados sólo para pocos, es entonces donde se lucha naturalmente por esos recursos. Lo que yo hago no es malo en sí, es simplemente lo que intentan hacer los demás y no lo logran.

Carlos se quedó insatisfecho con esa respuesta. Que el mal sólo exista en la mente de los hombres puede ser cierto. Pero desde el hecho que ya exista en nuestra mente y nosotros mismos lo condenemos implica que hay algo más haya de los instintos, si lo concebimos y condenamos significa que hay algo que nos separa de los animales: la razón y la ética. Entonces Carlos decidió ir con alguien que de seguro le daría una respuesta mucho más exacta y satisfactoria que la del líder militar, un hombre que ve más haya de las cosas dadas y evidentes. Fue con un filosofó a preguntarle el porqué del mal y el porqué de la violencia. Y al igual que con el comandante militar se lo pregunto sin rodeos ni estratagemas. ¿Por qué existe el mal? ¿Por qué el hombre hace el mal y busca aniquilar al otro? El filósofo se quedó reflexionando un buen tiempo la pregunta que le hizo Carlos, y finalmente contestó:

El hombre no es malo por naturaleza, el hombre no tiene esa maldad radical dentro de él. Uno no busca deliberadamente algo negativo, algo que trae desgracia e infamia al mundo y a él mismo. El hombre hace el mal por simple ignorancia. El hombre comete actos malos porque no sabe que es lo bueno. Cuando alguien sabe que algo es bueno lo busca incesantemente y sin descanso, y cuando alguien sabe que algo es malo lo elude a toda costa. Según Sócrates y Platón el hombre no tiende al mal, sino que cuando lleva a cabo un acto malo, es porque no conoce la bondad, el mal no es mal, sino simple ignorancia. O una debilidad en el alma del hombre que tiende en ocasiones al mal. Entre más débil es espiritualmente el hombre mas tiende a actos malos. Por lo tanto el hombre no es malo, sino que simplemente es ignorante o débil de espíritu. Carlos se quedó pensando en la respuesta que le dio el filósofo y tampoco quedó del todo satisfecho con ella. El hecho de que el hombre no sea malo por naturaleza puede ser factible, pero esto no explica en lo más mínimo el porqué del mal y sus manifestaciones. No puede ser que sea por simple ignorancia y debilidad que el hombre haga el mal; porque en muchas ocasiones, como en el caso del líder militar, el hombre sabe perfectamente lo que hace y no lo hace por una debilidad que le inclina a ello. Sino que por el contrario conoce de antemano sus actos y sus consecuencias, y precisamente por eso los lleva a cabo. Dichos actos lo llevarán a un triunfo y a una gloria que él atesora sobre manera, y su ignorancia no es una ignorancia total, al fin y al cabo todos buscamos triunfos y cuando menos un poco de gloria en la vida, solo que algunos medios pueden ser “inofensivos” y otros muy perjudiciales, como el matar millones de personas por obtener cierto fin. Carlos decidió entonces ir con el Ser que sin duda le daría la respuesta. Fue con Dios o con el Bien Originario y Absoluto. Le pregunto exactamente lo mismo que ya le había preguntado a los dos hombres anteriores. ¿Por qué existe el mal? ¿Qué es el mal y por qué se manifiesta en el hombre? Dios, el Bien Originario y Absoluto le contestó así: …

Yo soy el Bien, lo Bueno, el Amor y lo que da Vida. Lo opuesto a la muerte, el odio y el mal. Pero en mi eterna bondad he dado al hombre la plena libertad de elegir y guiar sus acciones. Yo no soy un rector que maneja el destino y la vida de los hombres, yo soy simplemente el Todo, el Absoluto, el Origen. Pero los hombres deciden su destino y sus acciones. Y a veces eligen alejarse de mí, separarse de mí y dispersarse; de ahí surge el mal. Es por eso que el mundo es violento y malo, porque han decidido separarse de mí, Dios, el Bien Originario y Absoluto. Cuando regresen a mí es cuando el mal desaparecerá y quedara exiliado para siempre de la existencia del hombre. El mal tiene un fin, no es eterno como Yo, pero ese fin se dará hasta que finalmente los hombres se unan completamente a mí.

Carlos, a pesar de que se sintió un tanto aliviado por esta respuesta, tampoco quedó convencido. La respuesta no le traía ninguna explicación del porqué el hombre se separaba de Dios, el Bien Originario y Absoluto. Si eso era lo bueno entonces porque se separaba deliberadamente de Él. Y no es por ignorancia que se separe del Bien, porque muchas veces conocemos el Bien y aún así decidimos por el mal porque nos trae mas beneficios personales, o es mas cómodo hacer una acción “mala” que esforzarse por una buena ¿Y porqué nos cuesta esfuerzo alcanzar el bien? Y no es porque sea una simple creación humana, ya que distinguimos perfectamente entre el Bien y el mal y reprobamos el mal, mas cuando lo cometen personas que no somos nosotros mismos. De hecho cuando en ocaciones realizamos una acción nefasta y mala, nos justificamos a nostros mismos encontrando razones para nuestros actos. Pero si es alguien ajeno a nuestro propio Ser quien las comete, entonces lo condenamos livianamente Entonces Carlos decidió ir con el único Ser que le daría respuestas, iría con el Mal mismo, el Mal absoluto, el Mal Originario, el Demonio Supremo que corrompe a los hombres y los hace malos. Fue con Él y le hizo las mismas preguntas que a los anteriores. ¿Qué eres? ¿Por qué acometes a los hombres, los corrompes y perviertes y los haces malos? ¿Cuál es tu origen? El Mal se le quedó mirando con un gesto de incredulidad. Como si las preguntas que hiciera Carlos fueran estúpidas y absurdas. El Mal suspiro y miro hacia arriba, como resignado a contestar, como si desde el origen del tiempo estuviera contestando esas preguntas. Como si el hombre siempre le preguntara a Él, al demonio, al Mal, a la Muerte, al Odio; esperando una justificación, una respuesta de porque Él existía, el porqué de la existencia del Mal mismo. Yo, el Mal, no soy mas que eso, una simple y vana existencia. Sí, existo, pero bien podría no exisitir y todo seria igual. El Bien existe, pero de no existir nada cambiaria. Ustedes los hombres, siempre tratan de darle sentido y rumbo a sus actos, a su vida, a su entorno, a el Yo personal y el Ustedes exterior. A nostros, el Bien y el Mal, nos han dotado de una existencia cuasi divina. Y no somos mas que existencia simple, existencia en el sentido de existencia misma. Principio y fin, temporal y espacial. Claro que el Bien, Dios, el Absoluto no dira esto ni lo aceptará, El dira que el no existe, que Él simplemente ES. El se lleva el beneficio de su divinidad. Él es la perfección y la omnipotencia, mientras yo soy la Maldad y la imperfección. A le Bien no le conviene perder su estatus de primacía que ustedes los hombres nos guardan a ambos. Por mi parte me da lo mismo el que ustedes nos ensalcen o nos ridiculicen. Yo entiendo que existo, y que nací o moriré algún día. Yo el Mal tengo un origen y una conclusión. Pero tu Carlos, tu ahora entiendes la verdad. El Bien y el Mal si existimos, pero sólo existimos, sólo estamos. Sin embargo los hombres nos han elevado y dotado de divinidad o al contrario nos han negado completamente, diciendo sólo somos construcciones de ustedes mismos. Ahí es donde están mal, nosotros existimos como ustedes, nacimos y desapareceremos en algún momento, pero los hombres van en la vida preocupándose mas de nuestra existencia que de la de ustedes mismos. A todas sus acciones les ponen calificativos de buenas o malas, en todo momento nos vinculan a su existencia, ya sea negándonos o afirmándonos. Pierden su tiempo en una dialéctica inútil acerca de nuestra acción directa sobre ustedes y sus actos. No deberían de perder su tiempo en catalogarnos en todo lo suyo. La vida del hombre es existencia, es acción, son actos. No es Buena ni Mala. Simplemente Es. No vayan por la vida viendo en todo maldad y bondad, no pierdan su tiempo calificando sus acciones de morales o inmorales. Simplemente vivan, sean existencia, sean acto y potencia, EXISTAN… No pierdan el tiempo trarando de definirnos, a nostros, Biel y Mal. Nunca lo lograrán, nunca van a estar todos en concenso de lo que es Bueno, Malo, Justo o Injusto, Moral o Inmoral; y perderse en ese juego de lenguaje es una simple pérdida de tiempo. Sólo vive Carlos, existe, nace y muere. Se lo que eres, existencia pura.

Carlos se quedó reflexionando. Claro, el Mal y el Bien existían, pero existían como mal y bien. El hecho de que nadie llegue a una conclusión de lo que es bueno y malo evidencia lo sobrevalorado que tenemos al bien y al mal. El bien no quiere perder su status de divino, y el mal ni siquiera hace una apología porque sabe que lleva siempre las de perder. Ahora todo es tan claro, el bien y el mal existen pero no debo de ponderarlos al límite de ver mi propia existencia en ellos. Simplemente debo vivir y no ver en todas mis acciones el mal y el bien. Sino simplemente realizar las acciones. Carlos sin duda ahora entendía todo. Agradeció al mal por hacerle ver la verdad y se fue de regreso a su casa.

Carlos entonces llego a su casa, tomó 15 mil pesos que tenia ahorrados desde hacía años, se dirigió a un mercado en donde vendían de todo, pero de TODO. Compró 7 granadas, se dirigió al congreso de su país, se las ingenió para ingresar a la cámara e hizo estallar las granadas dentro del recinto. Mató a todos los senadores y diputados que había y luego se suicidó. Carlos simplemente vivió o actuó. El pensaba que la misería de su país era a causa de los diputados y senadores, todos corruptos y corrompidos. Que la misería del pueblo que moría de hambre era por esos tiranos, siempre los quiso matar, sabía que al matarlos haría el bien a su país, pero también sabía que matar en si era malo. Ahora que el mal y el bien no son tan importantes… Simplemente actuó.

El mal, cuando vio este acto de Carlos, se asombró e inquietó. “¿Pero qué ha hecho? Este imbécil no entendió nada…”

viernes, 26 de febrero de 2010

Ni punk, ni crust, ni el Ecoloco.

Y como todos los días anteriores, me levanto con una renuencia extraterrena a tomar lo que los franceses llaman suicidio y los hindúes llaman purificación. Total, en otras palabras no quiero tomar un baño, o para los que no entienden el verbo “tomar” fuera de sus acepciones de ingerir, NO ME QUIERO BAÑAR. Y no lo hago por rebeldía como los punks, o como una forma de vida como los crusts y homeless, mucho menos para joder a unas botargas que quieren salvar el mundo como el Ecoloco. No, mi motivo es otro. Mi motivo es existencial!, es trascendental!!, es metafísico!!!: es weba!!!!. El solo pensar en encender el calentador de agua, en tener lista y dispuesta (casi como a una morra) mi ropa, en desvestirme y tentar ese líquido tan inconstante como es el agua, me llena de un sopor tremendo. Digo, el agua tan inconstante que es, con todos sus cambios de estado; no puede ser muy benigna que digamos. Si he estado relacionado con personas bipolares y todas ellas me trajeron conflictos; ahora imagínense con una tripolar!!! Líquida un día, sólida otra, y gaseosa cuando come frijoles. No, no, eso no me va. Entonces como todas las mañanas, pues simplemente no me baño. Yo tenía una tez blanca perlada cuando nací, y ahora después de una vida de abstinencia de ablución, ósea de limpieza, tengo una piel gris roña que se torna negra por las noches. Pero aún así es un beneficio. Los mosquitos no se alimentan de mi líquido vital, ya que mi coraza protectora que consiste en células muertas me protege. Además evito filas en los chicheros gubernamentales (recaudación de impuestos, secretarías, etc.). Yo les digo chicheros porque son una chichi más que mama el gobierno para subsistir, digo, el pobre niño desahuciado necesita fortalecerse de los sanos y heroicos contribuyentes. También evito filas y demoras en cualquier lugar donde se haga cola y prestamos de bienes* (*Albur, por si no se me entendió.) Toda la gente al olerme me huye y el lugar queda desolado. Esto de no restregarse el cuerpo con agua y jabón es un beneficio muy favorable. Además también tengo mis chavas. Ya saben, como a las chavitas les gusta todo lo nuevo y excéntrico para poder restregarle a sus amigas que se andan cogiendo o traen de pendejo a cada espécimen, especimenes nada comunes y si muy corrientes. El wey que tiene la banda de música inaudible, el wey que escribe pa’la chingada pero que se hizo famoso con un blog, el wey que tiene mas contactos para conseguir drogas, el wey que se parece al nerd que sale en el programa de moda, y así infinidad de ejemplos. Pues yo soy el wey horrendo que no se baña. Y si te cojes o traes de pendejo a ese wey eres la onda entre tus amigas “envidiosas”. Total, no me falta nada. Tengo mis amigos porque me conocen más haya de mi hábito mugroso y saben que cuentan conmigo en todo. Mi familia me quiere y acepta porque soy el único que acabo la prepa y además “estudia una carrera”, y tengo chavas porque soy de los especimenes raros que se ponen de moda. Y todo esto no es porque me bañe o no (bueno lo de las viejas si), sino porque soy un wey directo y que se aferra a lo que quiere.

Pero hace unos días mi salud se deterioro drásticamente. Comencé a sentirme mal. Me sentía mareado, tenia vómitos constantes y una diarrea interminable, incluso desmayos. Creí que era por una intoxicación a causa de un filete gañón o gandul, o algo así, que había ingerido. Ah, porque el hecho de que no me bañe no me convierte en jodido, yo como bien, y a veces en restaurantes finos. Pero mis conjeturas eran erróneas. Fui al doctor hace tres días y éste me declaro que mis síntomas no concordaban con los de una intoxicación. De hecho mis síntomas eran extraños. Después de análisis y estudios se descubrió la causa de mi deteriorada salud. Tenía algo nuevo, algo a lo que le pusieron por nombre “el síndrome del marrano”. Por mis muchos años de descuido en lo que atañe a la limpieza personal, mi cuerpo comenzó a crear una capa infranqueable de células muertas, grasa, microorganismos y bello excesivo sobre mi dermis. Esto obstruyó mis poros y provocó que no pudiera transpirar ni que mi piel y órganos se irrigaran de oxígeno. Mi sangre estaba tan escasa de oxígeno como los países tercermundistas escasos de esperanzas. Así, todas las toxinas que tenía que desechar mi cuerpo no podían salir por mis poros ni mis glándulas sudoríparas y sebáceas. Así que las sacaba por donde podía, por el culo y por la boca. Esto me había traído problemas motrices e incluso psicológicos y cognoscitivos. Esto explicaría el porqué había respondido a la pregunta “¿Dios existe y es Éste necesario? Con la consecutiva, automática y ordenada repetición de la tabla periódica de los elementos por número atómico. En resumidas cuentas estaba muy grave y todo era por falta de un buen baño. El doctor fue tajante: “Si usted no se baña dentro de las próximas 24 horas morirá de intoxicación y falta de oxigenación en la sangre y órganos”. Como dije al principio, mi convicción supera cualquier banalidad y trivialidad. Mi elección y decisión de no bañarme no la tome por moda, por ser un reaccionario, por ser un súper villano como el célebre vanagloriado Ecoloco. No, mi elección es trascendental. Es tan excedente que supera la vida misma. Si he de morir, he de morir cochino y libre.

A los 3 días morí a causa de intoxicación interna, y creo que también combustión interna. Eso no me lo aclararon en el Cielo. Por cierto ahora que estoy en el Paraíso puedo responder a la pregunta de si Dios existe y si Éste es necesario. Si, Dios existe y no, Éste no es necesario. A mi funeral sólo acudieron mis familiares y amigos más próximos y queridos; pero con una mascarilla y un tanque de oxígeno para soportar el dolor, digo el olor.